Lempira
Lempira: El primer defensor de la soberanía nacional
TEGUCIGALPA.- Así lo recuerda la historia y sus gestas fueron reseñadas por los entendidos a través de los siglos. En estos tiempos, que ha nacido un nuevo fervor patrio, es válido recordar las hazañas de este bravío indio, que se resistió a las fuerzas foráneas.
Igual situación vivimos en la actualidad, en la que miles de valientes hondureños, portadores de sus valerosos genes, luchan por la paz y la democracia.
En este día que se recuerda su memoria, es meritorio rememorar que su lucha, aún sin saberlo, fue la semilla para lo que hoy conocemos como la libre autodeterminación de los pueblos.
Esta efemérides es asociada a los “indios”, que fue un vocablo impuesto por los conquistadores, que a su juicio, eran súbditos sometidos al dominio de la Corona Española, durante la época colonial.
Esta situación de dominio jamás la vivió Lempira. Este indio Lenca fue un capitán de guerra que luchó contra la presencia extranjera, representada en esa época (1530) por los españoles.
En aquellos lejanos tiempos, en los que Lempira no sabía que luchaba por la consolidación de una Patria llamada Honduras, ya se sembraba la semilla de la libertad de los pueblos y su autodeterminación.
En el momento histórico en que vivimos, quizá todos nos hemos vuelto un poco “Lempira”, en defensa de un sistema en el que continuamos creyendo, pese a sus defectos.
El Señor de la Sierra
Lempira fue guerrero de Cerquín, comisionado por el cacique Entepica, para que organizara la resistencia a la penetración española, en 1537. La base de operaciones el peñón de Cerquín, logró reunir un ejército de 30 mil soldados, procedentes de 200 pueblos.
Su ejemplo sirvió para que otros grupos aborígenes se alzaran también en armas en el Valle de Comayagua. Trataban de derrocarlo Francisco de Montejo y Alonso de Cáceres, con resultados infructuosos.
La historia cuenta que Lempira sólo pudo ser derrotado debido a su muerte por traición, mientras hablaba con dos emisarios enviados por Montejo.
Otra teoría dice que el enfrentamiento fue cuerpo a cuerpo y que fue decapitado para probar su muerte.
Sin embargo, la vida y muerte de este defensor de la soberanía, es recordada cada año, particularmente en momentos en que Honduras necesita de ciudadanos valerosos que defiendan el estamento jurídico nacional y que de esta manera se reafirme nuestro compromiso e identidad nacional. (Ana Flores).